Koldo Mitxelena Kulturunea, un lugar para el teatro

El 27 de marzo siempre es un día especial para aquellas personas que viven y disfrutan de una de las ramas de las artes escénicas más conocidas a lo largo de la historia: el teatro. Cada año y ya desde 1962, recordamos una disciplina que, en el País Vasco, cuenta con importantes figuras y magníficas obras conservadas.

Desde el siglo XV existe documentación respecto al teatro en euskera, con un enfoque tradicional y ligado al cristianismo. De ahí, las pastorales y mascaradas. Tres siglos después, en el XVIII, el teatro vasco vive un impulso de la mano de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País y su fundador, Francisco Xabier Munibe. De aquellos años podríamos destacar nombres como Marcelino Soroa, Joanes Etxeberri o Toribio Altzaga, este último, director de la Academia de la Lengua y Declamación Vasca – Euskal Iztundea. Allí vieron la luz proyectos como Ramuntxo, de Pierre Loti; Garbiñe, de Catalina Eleizegi o Ezer ez ta festa. Más tarde y con el estallido de la Guerra Civil, tomaría las riendas de la dirección de la escuela María Dolores Agirre. 

 

En cuanto a KMK, son numerosos y diversos los fondos con los que la Biblioteca Koldo Mitxelena
Kulturunea cuenta. Carteles, manuscritos, fotografías, revistas y/o grabaciones. Archivos que vinculan nuestro recorrido en el tiempo a figuras teatrales vascas de la talla de Julio Urquijo, Aitzol, Antonio Zabala o Alfonso Sastre. Bajo la dirección del antes mencionado Altzaga, podríamos ensalzar nuestra joya de la corona, la obra Anales de la Escuela de la Lengua y Declamación Euskara.

Todos estos fragmentos representan momentos, píldoras de la vida y memoria de muchos actores y actrices. Profesionales en escena que, con sus éxitos, expandieron la cultura y el euskera por todo el País Vasco. Aprovechando este Día Mundial del Teatro, os invitamos a recorrer cada página, cada rincón y cada etapa de nuestra historia.