XXXVII certamen de artistas noveles
18/9/1997 - 11/10/1997
Comisario:
Artistas: Aiert Alonso, Ibon Aranberri, Gorka Aranburu, Igor Arrieta, Jorge Cardarelli, David Civido, Marisa Egaña, Helena Elbusto, Idioia Elosegi, Ana Esther Fernández Calle, Ana Fernández Carrau, Iñigo Fernández de Nograro, Karlos María Galarraga, Urko Galdona, Iñaki Garitano, Iñaki Gracenea, Claus Grotenn, Esther Ibarrola, Ikerne Ilarregi, Edorta Langara, Maider López, Mikel Louvelli, Jon Mantzisidor, Asier Mendizábal, Nerea Orbegozo, Xabier Salaberria, Ion Andoni Urisabel, Jose Francisco Vaquero, Nerea Zapirain
Textos: Koruko Aizarna, Fernando Spagnolo, Liliana Albertazzi
1er. prermio: Esther Ibarrola, Hambre de vida.
2º premio: Ibon Aranberri, Podium.
3.premio: Urko Galdona, Los jardines de la criatura.
Un punto de vista extranjero
Un extranjero que viene a deliberar sobre un premio exclusivamente volcado en los aratistas de Gipuzkoa no puede más que constatar la diferencia. Viviendo en un lugar como Francia donde la homogeneidad cultural tiene pocas fallas y pensando en el ejemplo italiano, donde las insuficiencias en materia de arte contemporáneo no dejan lugar al apoyo nacional o regional de sus jóvenes artistas, este extranjero en particular, es decir, la autora, toma nota de la constatación de que Europa no podrá prescindir de sus "excepciones culturales", ya que la situación es diversa en cada país del continente.
Una vez asimilada esta evidencia comienza a confrontarla con el fenómeno opuesto, es decir, la universalidad de la propuesta que encara todo premio que promueve artistas muy jóvenes, en su mayor parte, apenas salidos de la Facultad de Bellas Artes. Desde este punto de vista, el problema se enfoca según las bases del concurso que permite a estos artistas participar. El hecho es que aquí, el Certamen de Artistas Noveles recompensa la calidad de las obras propuestas más que la orientación personal del artista y la idea parece jujsta dada la brevedad de esta carrera. Con este sistema, el artista debe procurar juzgar por sí mismo la calidad de las obras que presenta. Un ejercicio rico en consecuencia para consolidar sus compromisos. El jurado puede además elegir una o varias obras de las cuatro presentadas lo que eventualmente da al artista una oportunidad de exposición. Dadas estas pautas, cabe pensar que la idea misma de la competición genera una dinámica de reflexión que, más allá del apoyo económico que el premio promete, activa la entrada en la complejidad institucional del mundo artístico.
La tercera etapa a la que se enfrenta el extranjero es la de la realidad de las propias obras. Es aquí sin duda donde se conjugan los puntos de vista anteriores y donde el arte es cuestionado en su raíz.
¿Especificidad e internacionalidad (por no arriesgar el término de "universalidad") convocan criterios estéticos fundamentales o corresponden más bien a la esfera de la difusión y del mercado? El caso es que ningún cartista puede deshacerse completamente de su medio y que todo el problema residen en saber en qué momento la obra, como parte de magia casi, logra que el microcosmos de un individuo aparezca como un mundo ante muchos otros. Y esto, que puede parecer una evidencia en las obras maestras, resulta difícil de detectar en las obras de artistas jóvenes.
Durante el tiempo que las imágenes de obras desfilan ante el jurado, una y otra vez, se llega a la conclusión sobre la coherencia de la presentación de ciertos artistas, se intuyen ciertos cuestionamientos plásticos particulares y, a veces, se consigue situar la obra en el seno de ciertas internacionales o reconocer, al contrario, la herencia de una cultura específica. Y en lo que concierne a estos dos últimos puntos, la alternativa de dos preguntas no cesa de resonar: ¿efecto de la moda? ¿efecto de la tradición? Evaluar la fluctuación de esta polaridad y tratar de insertarla en los criterios anteriores de coherencia y conciencia plástica, nos remite sin remedio a la realidad aporética del arte contemporáneo de todas las épocas. No cabe duda que esto se remaraca particularmente en el siglo XX, donde las neovanguardias han vaciado los conceptos de vanguardia y donde la mundialización ha robado la esperanza de lo internacional.
Las dudas y consideraciones sobre el lugar de las obras en el arte y del arte en la historia, que acarrea cada decisión en la participación en un jurado, no son ajenas a la dificultad de toda enunciación de un juicio. El hecho se acentúa cuando el jurado en cuestión es extranjero a la situación que se está considerando. En una primera instancia, la comparación con su círculo ambiental resulta inevitable. En este caso, la apreciación más sobresaliente fue la cantidad de pinturas propuestas en relación a lo que hubiera sido la proporción en Francia. De nada sirve pensar que las circunstancias dependen de una vasta tradición pictórica española porque la francesa también supo serlo. Plantearse la irreversibilidad de la presencia duchampiana en el hexágono como explicación puede ser más fructífero pero no basta para explicar todas las diferencias. Si bien en Francia existe todavía una corriente fuerte, ignorada por los problemas de una composición construida de la pintura, a través de este certamen la excepción de sólo uno o dos casos muestra que la realidad pictórica del País Vasco se presenta mucho más orientada hacia la expresividad de la pintura. Dicho de otra manera, los jóvenes artistas vascos parecen interesarse menos por el cuadro, o por lo que hace cuadro - superficie, soporte y límites respectivos-, que por los efectos de percepción de la materia, de la línea y del color. Por otro lado, si situamos la comparación con otro país rico en tradición pictórica, como Italia, se diría que la pintura es menos narrativa desde el punto de vista del sujeto, pero también desde el propio efecto de la percepción.
Las razones que fundan esta observación habrá que buscarlas quizás en la tradición escultórica vasca, y sacar la conclusión de que los jóvenes artistas buscan una demarcación con respecto a sus antecedentes célebres. En efecto, esto ses confirmaría por el hecho de que en las obras tridimensionales, pocas son las piezas que se refieren directamente a la escultura construida. El concepto espacial de la escultura parece haber sido sustituido por el objeto. Que éste sea copiado en materia plástica, recuperado de la vitrina de un negocio, repensado en un montaje o figurado en un ensamblaje, su contenido significante se evacua en la trivialidad de su "re-presentación". Sobre este aspecto, el arte de los últimos veinticinco años nos ha enseñado que la descontextualización mina profundamente las certezas cognitivas y estos jóvenes artistas desplazan el estatuto social del objeto cotidiano por medio de una puesta en evidencia de la apariencia como proposición.
En cuanto a los otros campos disciplinarios, destaca un trabajo con material sonoro que invita al espectador a recorrer la exposición en un tiempo pausado por el sonido. En cambio es notoria la ausencia de proposiciones de vídeo en este certamen. En lo que concierne a la fotografía, han sido seleccionados dos artistas que la utilizan instrumentalmente, a fin de caracterizar la ilusión y la ironía. La distinción de esta utilización cabe como referencia, dado que implica un concepto fotográfico como "medium" o técnica que se ha desarrollado en los últimos años. Contrariamente a la pretensión de autonomía que la historia de la fotografía ha elaborado, los artistas contemporáneos han sometido la cuestión de su esencia a la utilidad. Es más, a toda ambición de la fotografía por retener la realidad, los artistas han opuesto su carácter ficticio como dispositivo para fijar el tiempo. Esta constatación no ha sido suficientemente profundizada teóricamente, pero ha revolucionado substancialmente las categorías disciplinarias.
El extranjero sorprendido primero por la diferencia, se deja conquistar por la originalidad que cada obra de arte nos ofrece. Y sin duda, éste es un don universal que está por encima de fronteras y regiones y que los artistas proponen con generosidad en cualquier parte del mundo.
Liliana Albertazzi
Otras exposiciones recientes
¿Quieres saber qué exposiciones se han celebrando en Koldo Mitxelena Kulturunea recientemente? ¡Pincha aquí!
-
«Gutxi esan, asko jolastu / Decir menos, jugar más»
La exposición es la segunda y última del ciclo Egile(ak), desarrollado a lo largo del verano, y reúne la obra de cinco artistas mujeres de Gipuzkoa ganadoras del premio Egile(ak) otorgado por el Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa a proyectos creativos.
2024-08-09 2024-09-08
-
«Bidegurutzeak / Itinerarios comunes»
«Bidegurutzeak / itinerarios comunes», la primera de las dos exposiciones del ciclo Egile(ak), podrá visitarse del 28 de junio al 4 de agosto en el espacio Ataria de KMK.
2024-06-28 2024-08-04