Elena Ciobanu
Scars, 2008
Instalación fotográfica
2.46m x 2.53m
Cortesía del artista
Los proyectos que realiza a través de diferentes formatos la polifacética artista Elena Ciobanu toman como punto de partida la representación de la sociedad, representación que lleva a cabo basándose en las diferencias.Esta instalación, titulada Scars (Cicatrices), muestra una serie de fotografías y textos sobre una forma geométrica.Todos estos elementos aparecen dispersados, pero están, a su vez, relacionados, a través de líneas pintadas entre ellos.
Una vez más, al igual que en otras ocasiones, Elena Ciobanu realiza una representación de la sociedad; pero esta vez se trata de una representación fragmentada, puesto que no acapara a toda la sociedad.Se ha basado para ello en unas diferencias o características físicas de algunas personas individuales: en las cicatrices. Cicatrices que todo el mundo tenemos, pero que son diferentes entre sí. La artista ha llevado a cabo la representación de la sociedad basándose en la historia de las personas así como en las propias historias de las personas, convirtiendo lo personal en público y político.
Elena Ciobanu (Bucarest, Rumania, 1980) vive y trabaja en Bucarest.
AV 1989 Bucarest 1998
Verano en el campo. Era el cumpleaños de uno de mis
amigos, al que decidí ir a visitar. No tenia ni idea de que había
soltado a su perro pastor de Mioritza y estaban corriendo
por el enorme patio de su casa.
Solo conseguí darme la vuelta hacia el
animal. Me tiró al suelo y caí boca abajo. El rastro
que dejaron mis pies es el resultado del desesperado intento
del perro de volverme a poner boca arriba. Afortunadamente, eso
no sucedió.
No importa cuanto intente uno dar a historias como estas una tregua,
que realmente parecen necesitar, recuerdos como los
de los médicos del hospital del distrito afeitándote las heridas
de la coronilla sin ninguna delicadeza o del zumbido de las moscas aterrizando en
las marcas impresas dejadas por los colmillos en tu cabeza y alrededor de las orejas
no pueden olvidarse fácilmente.
Después de haber regresado a la ciudad, me quitaron los puntos de la cicatriz
del pie y me volvieron a dar puntos otras dos veces. Más tarde, cuando
finalmente me curé, me enteré por una de las
raras llamadas procedentes del pueblo que los lugareños
habían pegado al perro por turnos hasta dejarlo
ciego y finalmente murió unos días después.
AC 1984 Bucarest 1998
Me había saltando la clase de educación cívica y fui al
patio de deportes. No había pasado mucho tiempo cuando un chico que estaba
jugando allí me golpeó con un balón. Me enfadé muchísimo
porque eso no era muy normal ya que yo todavía era una niña pequeña
para ser golpeada por los chicos en el patio.
Como consecuencia, empecé a correr hacia el.
En algún lugar a medio camino, me resbalé y me
caí. Rodé por el suelo. Cuando finalmente conseguí
levantarme, me di cuenta de que no podía utilizar la mano derecha que
colgaba balanceándose desde la mitad en una extraña posición. No
sentía nada. Tenía los huesos rotos por dentro.
Dejé el hospital después de casi un mes.
Durante ese tiempo, no estudié nada para los exámenes de admisión
en el instituto, y no estaba muy segura de si algún día podría
volver a escribir con la mano derecha. Practiqué mucho y
finalmente me recuperé.
Un año después, fui a ver a otro médico para que
me quitara las placas, con la esperanza de que podrían hacerme
otra operación que hiciese desaparecer mi cicatriz. Fue
entonces cuando descubrí que padecía una afección de la piel poco
común. Cualquier tipo de lesión en la epidermis me
dejaría serias cicatrices.
CV 1981 Bucarest 2008
Estoy volando por encima de un coche y todo está en silencioso. ¡Maldita sea! Lo más
seguro es que me golpee. ¡Maldita sea! ¿Por qué no puedo pensar en algo
más inteligente que 'maldita sea' ; por qué no me pasa toda
la vida por delante de los ojos; por qué no veo a mi familia, a mis
amigos, a mis hijos nonatos, a las novias que me hicieron
sentirme amado, al perro, al hámster o esos pequeños momentos
idílicos? ¡Maldita sea!
Lo siguiente que recuerdo es al educado oficial de policía
que me hizo soplar en el vial; me sentía como
perezoso, quería decirle que no era un buen momento, pero
a pesar de ello, soplé. Se volvió hacia mi para decirme que todo estaba bien,
no había rastros de alcohol, están a punto de sacarme sangre para
hacer un análisis de drogas. ¡OH MIERDA!
IB 1985 Bucarest 2007
Iba en bici por uno de los callejones situados detrás de
un bloque de apartamentos de mi vecindario.
Ya hace algún tiempo que la bicicleta no tiene frenos. Después de
dar la primera vuelta a toda velocidad, me encontré con una escavadora
que ocupaba toda la calle, incluso más. De
un vistazo decidí saltar hacia un lado, mientras continuaba
agarrándome a la bici para no terminar contra una pared y
todavía conseguí apartarme del camino de la máquina. La
escavadora no redujo la velocidad; la gente no se paró
… solo un día como cualquier otro.
TL 1977 Pitesti 1996
Todavía estaba en el instituto. Tenía 18 años y quería destacar
de los de mi grupo, así que me hice un tatuaje, un
delfín... ahora ya no estoy en el instituto, tengo 31 años
y todo lo que quiero es hacerme invisible. Quitarme el delfín
con láser no ha sido de mucha ayuda. Lo único que he conseguido es sustituido
por una cicatriz.
TL 1977 Pitesti 2003
Era sábado por la mañana y Amelia estaba jugando en la TV.
De pronto experimenté un dolor no muy intenso, pero que
perduró hasta que el quiste fue extirpado. Los médicos me
dijeron que probablemente había nacido antes que yo y
los dos crecimos juntos. Todo el mundo, incluyendo los
médicos, al principio pensaron que se trataba de una simple
apendicitis. Cuando se dieron cuenta de que era otra cosa,
mi hermana y mi amiga se asustaron; recuerdo estar en
la cama del hospital intentando tranquilizarlas. A mi no me
parecía algo tan terrible. Cuando estaba rellenando el
cuestionario antes de la operación, los médicos me
llamaron la atención por interrumpir su cena del sábado para una
intervención sin importancia. Me sentí culpable por tener dolor.
Tras la operación, oí la voz de un médico que decía mi
nombre, les di las gracias e inmediatamente me volví a
dormir. Más tarde me enteré de que sin la
intervención no hubiera llegado hasta el lunes.
IR 1984 Bacau 1990
Estaba robando manzanas con mi abuelo de un manzano
que no estaba fuera de los límites: en realidad podía haber sido
nuestro. Las fronteras no estaban muy claras. El perro del vecino
dormía bajo el árbol: sobresaltamos al animal,
que, con el susto del momento me mordió.
CC 1979 Corabia 1995
Yo tenía 16 años cuando un "amigo" me dijo lo guay que era
beber y alejarse de los problemas. Continué en esa línea
hasta aproximadamente los 23 años. Cada vez que
las cosas no funcionaban, me encerraba en el cuarto de baño
y me ejecutaba.
Al principio con una cuchilla y después con lo que tuviera
a mano. Hasta hoy, todavía me horrorizan las
heridas, la sangre, la mutilación. Y la gente todavía se queda
mirándome irritantemente la mano en los autobuses y el metro. No
me arrepiento de nada.
CC 1979 Corabia 2002
Llevo patinando desde que tenía 6 años. He cambiado cientos de veces
de patines, y hasta que terminé el instituto era como
una especie de ritual todas las tardes después de clase.
A los 23, después de años sin practicar, fui con un amigo a
dar una vuelta a un parque llamado Herastrau. Camino de vuelta,
a enorme velocidad, intenté apartarme del paso
de dos personas mayores, y para no terminar en la
calle, cuando la luz del semáforo se puso de pronto roja,
golpeé los frenos con fuerza. Caí en una posición como si estuviera
flotando para no estropear la ropa blanca que llevaba,
pero se me pasó por alto levantar la barbilla.
Me hice un corte hasta el hueso y después corrí a comprar
papel higiénico. Dos días después llegué al hospital,
ya con miedo, me suturaron y llevo todo el verano presentándome
a entrevistas de trabajo con los hilos de los puntos en la barbilla.
¡La verdad es que tengo una fuerte personalidad, yo!
MC 1982 Bucarest 1990
Iba con mi familia hacia las montañas. En el camino, paramos un lado de la carretera para hacer un picnic. Todo el mundo comía. Yo no. Yo tenía una especie de alergia a cualquier tipo de carne. Además, no me resultaba cómodo comer delante de la gente. Me sentía como si ello me hiciera vulnerable delante de los demás y, de alguna manera, visible ante ellos. Seguí teniendo esa sensación hasta la adolescencia. No recuerdo porque decidí cruzar el río saltando de piedra en piedra, aunque a dos metros había un puente. Resbalé y me hice unos buenos rasguños en la rodilla.
RB 1979 Bucarest 2003
Jugamos como amantes. Amamos como apasionados jugadores.
Alunas veces las personas se hacen daño de los modos primarios
más básicos. Probablemente muestran el ultimo acto de fuerza
en hacer daño a la persona amada. Y eso fue todo. Ahora -
solo recuerdo los preciosos momentos que una vez compartimos.
RB 1979 Bucarest 2003
Lo hice yo solo. Intentamos demostrar lo que sentimos, lo que
deseamos de los otros… quizá de nosotros. Delicado. Me acostumbre
con dolor. Dolor físico. Este parece ser el ultimo paso.
DP 1976 Bucarest 1989
Edad 13 años
Qué pasó – un quiste en el pecho derecho
“¡Deja de ver porno!” dijo el médico rumano mientras yo le
miraba con los ojos muy abiertos porque realmente no
sabía lo que quería decir con eso (eso fue antes de la
Revolución del 89, así que el porno no era algo extendido ni muy
asequible). El miedo a tener cáncer, el miedo a un pecho desigual,
el miedo a la cirugía, el miedo a después de la cirugía, la
visita en Alemania a mi padre y a su mujer, que no
era mi madre. Las sesiones con los médicos alemanes y
traducciones aproximadas hechas y enriquecidas por mi
madrastra. Dejaba entender que el sexo con mi padre era mejor
que el que mi padre había tenido con mi madre, así que
sabía de lo que hablaba.
La voz de la autoridad diciéndome como acercarme al sexo
sin tener sexo. Yo era demasiado joven. Yo debería haber
mirado furtivamente, besado en el parque, tocado, sentido, pero no tener
sexo. Tenían miedo de que me volviera una puta por razones de salud
si no me lo explicaban de la forma correcta. Recuerdo
que me sentía confundida y triste.
Después de un tiempo, las voces de desvanecieron, lo mismo que mis miedos.
Otra vez podía dejar volar la fantasía.
LN 1982 Bucarest 1987
Tenía 5 años. Estaba llena de energía que algunas veces atenuaba
subiéndome a la cerca de alambre cuadriculado roñoso;
desde allí saltaba a la barra para realizar
después una serie de difíciles ejercicios. La cerca quedaba
en la esquina de mi bloque de pisos y marcaba
la linde entre el jardín del bloque y la calle. Ahora, ya no existe
porque convirtieron el jardín en un aparcamiento.
Fue un día lluvioso de primavera cuando decidí
salir a practicar más mis movimientos de pequeña
gimnasta de pacotilla. Dicho y hecho. Me puse solo
los pantalones de cuadros y el jersey de color paja del
que estaba tan orgullosa. Después de varios saltos con éxito me sentía
genial, y, siendo ambiciosa por naturaleza, decidí
perfeccionar los movimientos que iba a presentar ante los
jueces, es decir, a los demás niños del bloque. Pero,
en plena ascensión, sentí como algo me cortaba por la base de
la columna vertebral. Mientras tanto, ya había golpeado el suelo,
pero mantenía las manos sujetas a la barra. Inmediatamente
me solté porque tenía un dolor muy fuerte. Pude ver que mi
precioso jersey de color paja tenía manchas de
sangre y estaba rasgado. No me daba cuenta de lo que había pasado,
pero pronto lo comprendí todo mientras me dirigía hacia
la entrada del edificio y vi como un trozo de mi jersey
colgaba de la cerca.
TL 1977 Pitesti 1995
Me tragué tres tubos de diazepán. Quería morirme. No
recuerdo como me hice la cicatriz. Me dijeron que me caí
sobre los cristales de una ventana y me corté. No me morí. Tampoco
volveré a intentarlo.