El fresno del Día de San Juan
Damos un repaso a un día con gran tradición
El fresno del Día de San Juan
Es por todos conocida la fiesta de la hoguera de San Juan, celebrada tanto en Euskal Herria como en diferentes puntos del Estado cada 23 de junio. Es el día más largo del año: el solsticio de verano. En otra época la juventud buscaba ese trébol de cuatro hojas que, al parecer, les garantizaría la felicidad.
Por otra parte, quienes estudian, ajenos a cualquier tipo de romanticismo, echan a la hoguera los libros que han utilizado durante el curso, tratando quizá de hacer desaparecer esos testigos de una época ya pasada.
Otra tradición arraigada es la de colocar, en la mañana del día de San Juan, cruces de ramas de fresno a ambos lados del atrio de las casas o sobre la puerta.
Según dice la tradición, no hay que bendecir el fresno pues brota ya bendito. De hecho, en las culturas europeas más antiguas se consideraba un árbol sagrado.
Un artículo de José María Satrústegui publicado en 1977 en la revista Cuadernos de etnología y etnografía de Navarra dice lo siguiente:
“Lizar eta elorri ezpalekin egindako gurutze txikiak baserri eta bordako atalburuetan josten ziren tximisten aurka eta era guztietako gaitzen kontrako babesle” [Las pequeñas cruces con fresnos y espinos se colocaban en los dinteles de las granjas y bordas, protegiéndolas de los rayos y otro tipo de males]
En las casas esta tradición se mantiene aún, pero hace tiempo que se está perdiendo la costumbre de colocar estas cruces en los campos. En Llodio, por ejemplo, se sustituyen las cruces por arcos formados por ramas de fresno.
Hay que coger las ramas de fresno la víspera y ponerlas al amanecer, antes de que salga el sol, para que no pierdan sus virtudes. Allí se mantienen hasta el día de San Pedro. Según recuerda la gente mayor, ese día el cuco se iban de los pueblos pequeños.
En otras localidades de Bizkaia, los jóvenes solían ir al monte a recoger ramas de fresno antes del amanecer. Los colocaban en el portal y en los balcones y allí se mantenían para proteger tanto la casa como a sus habitantes de las tormentas y los rayos durante todo el año. Pasado un año, esas ramas ya viejas se quemaban en la hoguera de San Juan y se colocaban unas nuevas.
En San Sebastián, los dantzaris y txistularis homenajean a San Juan en la plaza de la Constitución. También se decora la entrada de Koldo Mitxelena Kulturunea con ramas de fresno. Así se hará este año también, quedando protegido por la magia de San Juan.