La odisea psicodélica de Jack Kirby
Roberto BARTUAL
Jack Kirby: una odisea psicodélica
Marmotilla, 2016
Es bueno preguntarse en qué momento aparece Kirby en el historial comiquera de cada cual. En el nuestro, no lo ubicamos en los primeros cómics marvelitas, sino bastante más adelante, al encontrarnos con un dibujante apodado “El rey” y, también, con alguna absurda polémica de entendidos sobre los clamorosos fallos en la anatomía humana que éste dibujaba (en serio!).
En todo caso, no es por ahí por donde transita este trabajo de Bartual, sino en el innegable hecho de que los dibujos de Kirby recogían entre colores, formas, explosiones, imágenes perfectamente reconocibles por quienes realizaban “viajes” interiores con ayudas externas... con la peculiaridad, uno, de que no consta el uso de drogas por parte de Kirby y, dos, de que los primeros dibujos son anteriores a la explosión del consumo de LSD.
¿Cómo interpretar esto? Eso es lo que explica Bartual. Una razón puede radicar en la propia naturaleza de Kirby, en la concentración que su propio cerebro creaba de modo natural. Pero, junto a ella, no podemos dejar de obviar el carácter de agente cultural del dibujante de cómics, por mucho que se esconda tras personajes con uniformes chillones. En este caso, Bartual contribuye a dotar al cómic de un contexto cultural y social concreto, como el que se otorga al cine, la literatura o la música. Por lo tanto, esta obra, amena, interesante, divertida, contribuye a hacer comprensible no sólo el éxito, sino también el papel precursor del cómic y de Kirby, mostrándolo como un perfecto conductor tanto de esa misma cultura que contribuye a desarrollar como de experiencias sicodélicas, sean éstas sublimes o tocadas por el terror lovecraftiano.
Fanzine sobre Kirby (Fanxinoteka)
Jack Kirby: una odisea psicodélica