Pablo Valbuena. The remains of time - Lo que queda del tiempo
Pablo Valbuena. The remains of time - Lo que queda del tiempo
04.09.2014 - 25.10.2014
Horario:
- De martes a viernes: 16:00 - 20:00
- Sábado: 11:00 - 14:00 / 16:00 - 20:00
Visitas guiadas: kmk@komazk.com o teléfono 678 204 635 (para reservar):
- 18.09.2014. Jueves: 18:30.
- 09.10.2014. Jueves: 18:30 (castellano).
- 23.10.2014. Jueves: 18:30 (euskera).
"Space is the remains, or corpse, of time, it has dimensions." (El espacio es lo que queda del tiempo, su cadáver, tiene dimensiones.).
R. Smithson, Incidents of mirror-travel in the Yucatan, 1969
¿El resto de lo que queda del tiempo es el espacio?
La exposición The Remains of Time(lo que queda del tiempo) se nos propone como inmersión a varios niveles de percepción y comprensión. El primer nivel es el de la forma, el que tiene que ver con lo que vemos entre la luz proyectada y el resto que permanece ausente pero que está latente como una sombra que pertenece al lugar. Un segundo nivel tiene que ver con la temporalidad, con las transformaciones que se van generando a lo largo del tiempo que dura la visita del espectador e incluso el de los diferentes momentos en los que visite la exposición. El tercero, tiene que ver con el concepto de montaje, de la yuxtaposición que cada uno de los observadores haga desde su manera de percibir la realidad, adentrándose desde la ciudad de Donostia en la sala de exposiciones del Koldo Mitxelena Kulturunea y percibiendo con su cuerpo las propuestas visuales como si fuesen artefactos que accionan pensamientos.
La frase “the remains of time”, no se trata de una paradoja de Zenón de Elea sino de una reflexión desde la práctica, del pensar haciendo, de una percepción que no se desliga de la acción. Pablo Valbuena (Madrid, 1978) redirige para el título de la exposición una cita del artista norteamericano vinculado al Land Art y al Minimal Art, RobertSmithson, interpretando y reformulando la cita desde su reverso: "Space is the remains, or corpse, of time, it has dimensions." (El espacio es lo que queda del tiempo, su cadáver, tiene dimensiones).
En esta exposición, Pablo nos propone un recorrido visual que nos adentra en un complejo diálogo entre lo que percibimos espacialmente y el tiempo en el que evolucionan esas imágenes y, en lugar de centrarse en el objeto que nuestro ojo percibe, hace un planteamiento donde lo temporal adquiere un protagonismo cinematográfico. Como sostenía Heráclito, todo surge conforme y a medida que algo se extingue, adecuando un modelo del mundo en el “todo fluye” (Panta rei). En las proyecciones que vemos en la exposición, el artista nosinvita a hacer una reflexión sobre nuestra propia forma de entender el mundo; una reflexión a través de la percepción de la luz, o más bien de la ausencia de ésta, de la sombra, o como diría Henri Bergson de la substracción.
A Pablo Valbuena le fascina Bergson, por eso nos conduce desde el engaño de la visualidad, a una virtualidad donde nos encontramos ante nuestra propia manera de estructurar mentalmente la realidad. Nuestra mente, como apuntaba Bergson, funciona reconstruyendo el tiempo a partir de instantes muertos, lo que él llama una falsa reconstrucción cinematográfica del tiempo. Para Henri Bergson(Paris, 1859-1941) a nuestra mente le es imposible percibir la fluidez temporal, por ello pone como ejemplo el reciente invento cinematográfico de los hermanos Lumière a finales de 1890.
Es una exposición en la que prima la idea de pensamiento cinematográfico, sacando lo cinematográfico fuera del marco del cine, del mismo modo, la idea de montaje surge en el transcurso del visitante por la sala de exposiciones. El movimiento en la pantalla cinematográfica suspende, abstrae, el movimiento corporal del observador que permanece inmóvil sentado en su butaca; en cambio, en las proyecciones que aquí se nos proponen, la idea del montaje viene dada por la percepción corporal del que observa; viene de su propio movimiento por la sala, por el edificio, por la ciudad. No es un marco, una pantalla, que nos traslada a otra realidad espacio-temporal sino que es una proyección de luz que hace referencia a la propia realidad del lugar y donde el concepto de montaje cinematográfico viene dado por la reconstrucción fuera del marco de la pantalla, reconstrucción que se va generando mientras vamos paseando ante los espacios y las imágenes.
Atendiendo al concepto temporal, podemos diferenciar dos partes en la exposición: una ocupa la parte derecha del espacio expositivo y la otra la parte izquierda.
En una de las salas se sitúan los estudios en video, los Site Studies, donde el artista trabaja desde una óptica cinematográfica, secuencial, registrando desde un punto de vista fijo una serie de experimentaciones con la luz de la proyección y el espacio físico del lugar donde se proyecta.
Siguiendo esta idea de secuencialidad, en otra de las salas nos encontramos las piezas proyectadas en la pared, Light Geometries, dibujos en movimiento, donde el autor indaga en la topología, en la matemática, para hacer un despliegue geométrico en el que nuestra percepción es constantemente puesta en cuestión. Pablo juega con la manera que nuestro cerebro percibe las formas, nuestra mente está constantemente intentando buscar sentido y unidad a lo que percibe con los sentidos. Tal y como estudió la escuela alemana de la Gestalt, nuestro proceso perceptivo siempre intenta unir puntos y líneas para llegar a una comprensión, a una visión, de una figura. De este modo, reconocemos formas en las nubes, en las manchas de las paredes o en las rocas. Los artistas han jugado con esta característica desde la Prehistoria, viendo en una grieta de la pared el lomo de un bisonte, viendo, en el Renacimiento, figuras en las nubes (Da Vinci) o viendo, en el Surrealismo, figuras en los acantilados (Dalí). Pablo nos muestra figuras geométricas que se pliegan y despliegan siguiendo una secuencia.
Por otra parte, y con un concepto más matemático, o como nos cuenta el artista, más físico, nos presenta una serie donde el tiempo deja de ser secuencial “es un tiempo que tiene que ver más con la física cuántica, donde cada estructura puede incluir muchas otras”.
La pieza central, Q-tiling, está compuesta por una serie de 400 baldosasque pueden llegar a generar 25.600 millones de posibilidades formales. Las baldosas “Tiling” que nos propone Pablo Valbuena funcionan de manera diferente en una macroescala o en una microescala espacio-temporal. Basado en los diagramas de Sebastian Truchet (1657-1729), los diagramas creados van adquiriendo una metamorfosis infinita, simétricas a primera vista pero van evolucionando hacia estructuras más complejas. Como nos dicen en un artículo Cyril Stanley Smith y Pauline Boucher (1), los diagramas de Truchet “tienen una especie de cualidad existencial en su interior y una relación casi trascendental con el entorno. En espíritu están más cerca de la filosofía corpuscular de Descartes que del atomismo que la reemplazó, pero demuestran de una manera hermosa la necesidad de ambos enfoques”. Stanley y Boucher nos proponen mirar en las teselas de Truchet y comprender la generación Escalante de unos límites que van construyendo las fronteras de la forma sin la necesidad de una estructura interna que por similitud haga crecer esa estructura. No se trata pues de mímesis sino de una simetría que va desarrollándose en el tiempo. Como nos comenta Pablo, las constantes interacciones de las formas en las baldosas sugieren una escala estructural imposible de entender sin la concurrencia temporal de la imagen en movimiento.
En el patio de la sala de exposiciones se crea sobre el suelo una selección de 24 interacciones que se irán cambiando a lo largo del tiempo que dura la exposición. Cada una de estas interacciones tendrá un aspecto espacio-temporal específico dialogando con los espectadores en diferentes periodos de la exposición.
La exposición en sí misma comparte, de esta manera, una idea performativa en la que la obra de arte funciona como una intermediación que acciona y abre otros canales de reflexión.
Proponemos al visitante pasear por la sala y dejarse transformar en el interior de un torbellino espacio-temporal, por una metamorfosis que sucede al interactuar nuestra manera de entender la realidad con las propuestas visuales que van sucediéndose a cada paso en cada una de las salas, en el edificio y en la ciudad.
(1) Stanley Smith, Cyril y Boucher, Pauline. 1987. The Tiling Patterns of Sebastien Truchet and the Topology of Structural Hierarchy. Leonardo Journal, vol. 20, núm. 4.
Josu Rekalde
UPV. Dpto. de Arte y Tecnología
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